Descripción
Bras Rodrigo, gaitero, maestro gaitero entrega con esta rica y reciente grabación lo mejor de una carrera dilatada en el tiempo y plena de pasión. Bien podría decirse que es una carrera en solitario alejada de muchas estridencias y grandes aplausos como los que han podido disfrutar varios precursores suyos o contemporáneos de generación en Asturias. Pero, probablemente, decir «en solitario» no sea certero del todo.
Tuve la fortuna de conocer a Bras Rodrigo en los tiempos del resurgir de la gaita en Asturias, en los buenos años del folk y en los de la aparición de muchas y constantes bandas de gaitas por cada rincón de Asturias. Junto a él, a muchos grandes, que lo son y lo siguen siendo, y que ya han ido dejando su propia huella con trabajos, grabaciones, directos y enseñanza. Bras Rodrigo no es ajeno a esto y me atrevo a decir, por proximidad, que cuenta con un corazón de fuelle y buena pelleya y sus tendones y músculos son de buen boje y madera noble. Bras y la gaita son una prolongación del hombre, la pasión y el instrumento asturiano por antonomasia.
Apuntaba que aquello de «trabajar en solitario» va más allá del anecdotario pues siempre, las más de la veces desde el silencio y en callada pero constante labor, ha sabido unir su pasión por la gaita y transmitirla y entregarla a quienes con él conforman sus bandas o recibían clases paseando por el mundo el nombre de Asturias. Sí, las más de las veces sin apoyo institucional suficiente que le devolviera el respeto a la mejor embajada con la que cuenta Asturias y que es su música y de la que Bras Rodrigo bien podría ser su embajador más relevante. Lo es. Con sus modos humildes y sencillos, lo es sin duda alguna.
Hay que tener mucha pasión y atrevimiento para buscar hueco en el mundo para la gaita asturiana yéndose hacia Oriente, plantándose en Corea y China como única delegación musical española en grandes eventos mundiales. Con el correr del tiempo, más viajes a China, por toda España, media Europa y la Hispanoamérica de la añoranza y la emigración. Y de entre todo esto, el valor de plantar en la Quinta Avenida de Nueva York los estandartes de Asturias y España logrando triunfos que aún resuenan más de una década después.
El trabajo que el oyente ya tiene en sus manos no es más que el reflejo interior de toda una vida de pasión y ensoñación con la gaita como protagonista que Bras Rodrigo sabe transmitir como pocos. Fusiones varias, estilo tradicional, ciertas dosis de pop, remembranza de paisajes, momentos y personas se transforman en notas y en buenas imágenes con el inmenso Atlántico como protagonista y pueblan este último trabajo de un grande que también ha sabido capear con proyectos personales, luciendo en grandes escenarios y también en los más humildes de cada rincón de Asturias. La gaita era lo primero.
Probablemente la pasión de un gaitero encarpetada en formado CD puede que no sea suficiente para demostrar que sí, que hay ocasiones en las que gaita y hombre son indivisibles; inseparables. Este es el caso. Y me gusta.
Aurelio Argel. Programa folk
Música para raptar princesas.
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