Xermandía es su primer disco en solitario, aunque antes ya realizó numerosas colaboraciones discográficas para otros artistas. Este proyecto surgió hace años, la  idea me bullía en su cabeza, y un día Fernando Cuesta, de Grabaciones Pola, le propuso hacer una grabación. Así surgió este primer disco titulado «Xermandía».

Los textos del libreto que acompaña al CD dejan un sabor entrañable y cercano, de amistad y solidaridad, partiendo de la música tradicional asturiana, ha intentado hermanar estilos musicales o culturas musicales de diferentes pueblos del mundo». Aunque siente pasión por la música tradicional de nuestra región, no huyó de las músicas tradicionales de otros lugares del mundo, como por ejemplo, la música bereber, la africana, caribeña o la música folk o de raíz de cualquier cultura. Su intención es fusionar todas ellas con la nuestra. Además, el libreto es como un diario. Cada canción es un pequeño homenaje a distintos capítulos de su vida. «Hay un pequeño homenaje a su «güelu», porque fue quien me compró su primera gaita. Fue un hombre al que quiso mucho. Hay otro homenaje a todos los asturianos de la diáspora, a esos que tuvieron que marchar a trabajar fuera en busca de una vida mejor. Hay un tema que le dedica a su padre, al que le encanta la música clásica, por eso aparece el tema del adagio de Albinoni en una adaptación para gaita».
El disco es una auténtica sorpresa. Alguno puede suponer que se va a encontrar más de lo mismo: gaita y tambor. Pero no: es una innovación, un trabajo creativo en el que asumo riesgos musicales. Pretende demostrar que con la gaita se puede tocar cualquier pieza, como se hace con una guitarra, un violín o un piano.